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  • El Boletín de Energías Renovables es un producto de Zero Carbon Analytics que proporciona datos actualizados y listos para usar sobre el progreso en el desarrollo de energías renovables para producir energía sostenible y sin emisiones de carbono, región por región. 
  • El acceso a datos precisos y lo que se puede aprender de ellos respalda los esfuerzos colectivos para exigir a los gobiernos que establezcan —y cumplan— objetivos climáticos ambiciosos.
  • El conjunto de datos está diseñado para permitir una evaluación a nivel país del progreso hacia la meta global de triplicar la capacidad instalada de energía renovable y duplicar la tasa media anual de mejora en eficiencia energética para 2030, metas establecidas en la COP28.
  • Los países cubiertos en esta edición son: Argentina, Bahamas, Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Jamaica, México, Panamá, Perú y Uruguay.

La región de América Latina y el Caribe (ALC) generó el 17% de su electricidad a partir de energía eólica y solar en 2024, superando la media mundial del 15%. La región también superó la media mundial en bioenergía, con un 4% de la generación, frente al 2% mundial. Gracias a la gran proporción de energía hidroeléctrica (41%) y al creciente papel de la eólica, la solar y la bioenergía en la generación de electricidad, la región sólo es responsable del 5% de las emisiones mundiales acumuladas de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía. 

Fig. 1: Participación de las energías renovables en la matriz energética de ALC y global

Este boletín cubre 14 países con diferentes perfiles económicos y energéticos, desde economías dependientes de combustibles fósiles hasta aquellas con inversiones significativas en energías renovables (ER).

Esta selección garantiza la cobertura de las principales subregiones de ALC (América del Sur, Central y del Norte y el Caribe) y de los ecosistemas, desde la Amazonia hasta los Andes y los pequeños Estados insulares. Los países seleccionados representan el 82% de la población de la región y alrededor del 85% de su PIB. Notese que, debido a limitaciones de datos, algunos indicadores solo están disponibles para ciertos países.

Metas de crecimiento para las energías renovables

Casi la mitad de los 33 países de ALC -incluidos Brasil, Chile, Costa Rica y Colombia- se han comprometido a lograr emisiones netas cero para 2050. Cumplir estas metas requerirá multiplicar por cuatro la inversión media anual en energías limpias entre 2026 y 2030 en comparación con la década anterior, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). A corto plazo, 16 países de la región se han comprometido a generar al menos el 80% de la electricidad a partir de fuentes renovables para 2030, como parte de la iniciativa Renovables en América Latina y el Caribe (RELAC). 

Sin embargo, dado que las políticas energéticas actuales conducen a un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero a pesar de los compromisos climáticos que exigen reducciones sustanciales, generando una brecha de implementación considerable en la región. 

Los objetivos específicos para 2030 se muestran en la siguiente tabla. La comparación de objetivos es complicada por las distintas métricas energéticas y definiciones utilizadas: 

  • Las energías renovables (ER) son definidas por la Sustainable Energy for All (SE4All) de las Naciones Unidas como aquellas “derivadas de procesos naturales que se reponen a un ritmo mayor del que se consumen”. Las fuentes incluyen la solar, la eólica, la geotérmica, la hidráulica y la biomasa. 
  • Las energías renovables no convencionales comprenden un grupo más pequeño de fuentes intermitentes, como la eólica, la biomasa y la solar, entre otras, utilizadas para complementar otras fuentes de energía, mejorando la diversificación y la seguridad energética.
  • Las energías limpias hacen referencia a fuentes de energía -como la solar, la eólica, la hidroeléctrica, la geotérmica y ciertas formas de bioenergía- que no emiten gases de efecto invernadero durante su operación. También puede incluir la energía nuclear. Estas fuentes son alternativas de baja o  nula emisión de gases efecto inverandero en comparación con los combustibles fósiles, pero esto no significa que no tengan ningún impacto ambiental.

Fig. 2: Metas de ER hacia 2030

Apuntar al incremento de la generación tiene más impacto que aumentar la capacidad

Aunque el objetivo mundial de triplicar las energías renovables se centra en la capacidad instalada -la electricidad máxima que podría producirse-, lo que importa es la generación: la electricidad producida y suministrada. La generación es lo que impulsa el acceso a la energía, determina el suministro y reduce las emisiones. Aumentar la capacidad es esencial, pero el verdadero progreso depende de qué tan eficazmente se convierte esa capacidad en generación renovable confiable.

Los gráficos a continuación muestran la capacidad en gigavatios (GW) junto con la generación en teravatios hora (TWh), lo que ofrece una visión general de cómo los países seleccionados están respondiendo a sus necesidades energéticas y diversificando su matriz energética. Los datos muestran la importancia relativa de fuentes como los combustibles fósiles y la energía hidroeléctrica,  y cómo van creciendo fuentes como la solar y la eólica. También ofrece una visión del progreso de cada país hacia sus metas para 2030.

Los gráficos también reflejan la disponibilidad de bienes naturales en cada país: aquellos con recursos fósiles tienden a depender principalmente de ellos para generar electricidad, mientras que otros países cuentan con abundantes recursos renovables, particularmente hidroeléctricos.

Fig. 3: Capacidad instalada vs. generación para el año 2024

Se necesita más inversión para alcanzar las metas

Lograr las metas climáticas globales en la región requerirá una inversión cuatro veces mayor en fuentes energéticas limpias que en combustibles fósiles sin mitigación para 2030, comparado con la proporción actual de 1:1.

Invertir en ampliar la generación a través de energías renovables —principalmente solar y eólica— para satisfacer la creciente demanda permitirá ampliar el acceso energético a comunidades alejadas, mejorar la seguridad energética y la autosuficiencia, y generar nuevos empleos verdes. Reducir el costo del capital —tanto mejorando la competitividad de las inversiones limpias como reduciendo riesgos macroeconómicos— será esencial para fomentar este tipo de inversión.

En los últimos años, la mayor parte de la inversión en energía limpia en América Latina ha provenido del sector privado. Sin embargo, existen desafíos para atraer inversión privada —incluidos los altos costos de financiamiento, la incertidumbre política y regulatoria, y la escasez de crédito interno— que deben superarse para alcanzar los niveles necesarios para cumplir con las metas climáticas, según la AIE.

Los gráficos a continuación muestran los niveles de inversión por país, tanto en términos absolutos como como proporción del PIB, para ofrecer una visión tanto del flujo de capital hacia la región como de su impacto relativo en cada mercado individual.

Fig. 4: Inversión total en energías renovables en 2017-2024 en valores absolutos y como % del PIB

En la matrix: El crecimiento de las energías renovables puede superar al de los combustibles fósiles

Aunque existen objetivos específicos para aumentar la capacidad de generación eléctrica a partir de fuentes renovables en ALC, la ambición relacionada con la descarbonización de la capacidad instalada existente suelen ser limitada.

Los gráficos a continuaución muestran cómo ha evolucionado la matriz energética en cada país durante los últimos 10 años.

Fig. 5: Porcentaje de combustible en la generación de electricidad entre 2015-2024

La energía eólica y solar: socios clave en el camino hacia 1.5 °C

Aunque la energía eólica y la solar fotovoltaica actualmente representan una porción menor de la matriz de generación eléctrica de la región, en comparación con la hidroeléctrica o los combustibles fósiles (veáse más arriba), se está produciendo un cambio: más de la mitad de las nuevas adiciones de capacidad entre 2020 y 2023 fueron proyectos de energía eólica y solar.

Fig. 6: Generación eléctrica a través de fuentes eólica y solar

El auge de las energías renovables en ALC no debe poner en peligro la biodiversidad

Este mapa muestra los proyectos de energía renovable -solar, eólica y bioenergía- previstos y activos en toda la región. Cada punto se escala según la capacidad de la planta. Haga clic en un punto para ver más detalles sobre la capacidad (MW) y la fase de desarrollo de ese proyecto, así como un enlace a la página completa del proyecto en Global Energy Monitor.

La energía solar fotovoltaica y la eólica serán fundamentales para alcanzar los objetivos en ALC, especialmente porque el potencial de crecimiento futuro de la hidroeléctrica —que no aparece en el mapa— está más limitado por preocupaciones ambientales y sociales.

Fig. 7: Mapa de proyectos de ER previstos y activos

Toda expansión de las ER debe llevarse a cabo dentro de un marco de salvaguardas para evitar los impactos negativos sobre el ambiente (como el uso intenstivo del suelo o la fragmentación de los ecosistemas) o violaciones de derechos humanos ( como el reasentamiento forzoso o la falta de consentimiento libre, previo e informado) que puedan derivarse del uso de estas tecnologías. 

La imagen a continuación muestra el mapa de proyectos de ER previstos y en funcionamiento junto a un mapa de puntos calientes de biodiversidad en toda la región elaborado por Resource Watch, utilizando el sistema de clasificación del Fondo de Asociación para los Ecosistemas Críticos. Este sistema define un punto caliente de biodiversidad como un área que “contiene al menos 1.500 especies de plantas vasculares que no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra (conocidas como especies “endémicas”)” y “ha perdido al menos el 70% de su vegetación nativa primaria”. Este mapa sólo muestra la parte terrestre de los hotspots, y no incluye los límites exteriores marinos.

Fig. 8: Mapas de ER y puntos calientes de biodiversidad

Puntos calientes de biodiversidadProyectos de ER en operación y planificados

La eficiencia energética es clave para la transición energética

El objetivo global acordado en la COP28 en 2023 es duplicar la tasa media de mejora de la eficiencia energética mundial del 2% al 4% anual para 2030. La intensidad energética de una economía es el mejor indicador para monitorear los avances en eficiencia, ya que muestra cuánta energía —medida en megajulios (MJ)— se suministra para generar una unidad de producción económica. Cuanto menor sea el número, más eficientemente se está usando la energía.

El primer gráfico muestra los cambios en intensidad energética de 2017 a 2021, el periodo más reciente con datos disponibles. Más abajo, estos datos se presentan como tasa de mejora en eficiencia energética para ese periodo.

Fig. 9: Intensidad energética

ALC tiene una intensidad energética más baja que cualquier otra región del mundo, excepto la Unión Europea. Sin embargo, mientras que otras regiones han logrado mejoras significativas en la reducción de su intensidad energética, las tasas en ALC se mantuvieron relativamente estables en el período 2000-2015.

La baja intensidad energética en la región no significa necesariamente que la energía se utilice de forma eficiente. Refleja un acceso limitado a energía asequible o a los electrodomésticos y la tecnología que utilizarían esta energía.

Los países de la región han adoptado enfoques diversos para planificar la eficiencia energética, incluyendo estrategias nacionales y planes de acción. Los resultados han sido variados: Perú y Chile, por ejemplo, han mostrado mejoras significativas, mientras que Uruguay ha empeorado.

A pesar de su gran potencial, la eficiencia energética sigue estando infrautilizada debido a obstáculos técnicos, financieros y normativos. En promedio, el indicador muestra una reducción anual del 0,4% para los países de ALC.

Fig. 10: Variación en las tasas de eficiencia energética

La cocina sin emisiones es vital para la salud y el planeta

El acceso a la energía básica sigue siendo un reto en ALC; el 3% de la población sigue sin electricidad y el 11% depende de combustibles contaminantes para cocinar. Esto tiene importantes repercusiones en la salud de la población.

El Health Effects Institute atribuye parte del descenso mundial de las muertes por contaminación atmosférica doméstica la expansión en el acceso a energía limpia para cocinar, entre otras cosas mediante una mayor cobertura eléctrica. 

Continuar con esta tendencia descendente requerirá inversiones constantes para ampliar el acceso a electricidad limpia. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para lograr el acceso universal a la electricidad y la descarbonización de la generación de energía en consonancia con los planes nacionales de expansión en toda ALC serán necesarias inversiones equivalentes a aproximadamente el 0,8% del PIB de la región cada año, lo que equivale a 577.100 millones de dólares hasta 2030. 

Los gráficos que figuran a continuación comparan el nivel de acceso a la electricidad para cocinar con las muertes por contaminación atmosférica en los hogares de cada país en los últimos 30 años. La cocción a través de electricidad no produce contaminación atmosférica doméstica ni emisiones de gases de efecto invernadero si la electricidad se genera con recursos renovables. 

Aunque algunos gráficos muestran correlación entre mayor uso de electricidad para cocinar y una reducción en las muertes por contaminación del aire doméstica, no se puede afirmar que exista causalidad directa.

Fig. 11: Acceso a energía limpia para cocinar y muertes por contaminación atmosférica doméstica

La energía renovable es fuente de creación de empleo

Triplicar la capacidad de energía renovable para 2030 se espera que genere más de 30 millones de nuevos empleos en todo el mundo, lo cual aportará beneficios socioeconómicos significativos.

Las transiciones hacia energía limpia también representan nuevas oportunidades laborales para trabajadores en toda la región. Se estima que los empleos en el sector energético —especialmente en tecnologías limpias y minerales críticos— crecerán más del 15% en ALC para 2030.

Fig. 12: Creación de empleo en el sector de las renovables

Dotar de recursos la transición energética requiere considerar sus impactos socioeconómicos

El desarrollo de tecnologías de energía limpia —paneles solares, turbinas eólicas, baterías, sistemas de almacenamiento, vehículos eléctricos (VE) y otros dispositivos electrónicos— depende de minerales críticos, de los cuales ALC tiene recursos significativos.

La región posee al menos un tercio de las reservas mundiales de litio, cobre y plata. Chile tiene las mayores reservas de litio, y Argentina las terceras más grandes, según el Servicio Geológico de EE. UU.

El aumento de la demanda de estos recursos a medida que se intensifican los esfuerzos mundiales de descarbonización presenta importantes oportunidades económicas para la región, incluida la perspectiva de una transformación estructural para convertirse en un centro de fabricación para las energías limpias. Pero también presenta riesgos: que ALC se convierta en una fuente de extracción de recursos sin valor agregado local y con potenciales impactos socioambientales severos si no se gestiona de manera eficiente la cadena de suministro.

Durante las últimas dos décadas, la inversión se ha centrado en la extracción, con menor énfasis en el desarrollo de capacidad local para fabricar baterías de litio o los VE que éstas alimentarían. Actualmente hay dos plantas de baterías en operación, una en construcción y cinco más anunciadas (véase el mapa más abajo).

Si se avanza en la cadena de valor, BloombergNEF prevé que 2025 será una prueba clave para evaluar la viabilidad de la fabricación local. Impulsados por el acceso a los recursos minerales y las políticas de apoyo a la producción nacional de VE, los fabricantes de automóviles chinos se están preparando para comenzar a ensamblarlos en América Latina a partir de 2025 en Brasil.  Sin embargo, no está claro hasta qué punto estas inversiones beneficiarán el desarrollo local. Ya se han expresado preocupaciones por abusos laborales en una planta y se ha cuestionado su impacto real en la creación de empleo.

El siguiente gráfico muestra las principales minas de litio de América Latina clasificadas por tipo (salmuera, arcilla, roca) y las plantas de baterías de litio previstas y operativas en la región clasificadas por su fase de desarrollo (anunciadas, en construcción, en funcionamiento).

Fig. 13: Mapa de minas de litio por tipo y plantas de baterías por etapa de desarrollo en América Latina

La adopción de VE se acelera 

En América Latina, 2024 fue el año de mayor crecimiento en la adopción de vehículos eléctricos (VE), liderado por México y Brasil. Los VEs representaron más del 6% de las ventas de automóviles nuevos en la región, frente al 2% del año anterior.  Los vehículos eléctricos representarán entre el 10% y el 20% de las ventas de turismos nuevos en América Latina en 2028, según las previsiones de Bloomberg NEF. Se espera que el crecimiento de la fabricación local china de VE contribuya a reducir los costes, ayudando a impulsar las ventas en los próximos cuatro años.

Fig. 14: Ventas de VE en América Latina